El estilo nórdico se ha introducido en nuestras vidas —y sobre todo en nuestros hogares— con gran ímpetu. Tanto es así que desde hace más de una década, parece que no deja de estar de moda. Se ha convertido en una tendencia constante.
Este estilo decorativo nació a comienzos del siglo XX en los países del norte de Europa: Noruega, Suecia, Finlandia y Dinamarca. Es decir, lugares en los que la mayor parte del año apenas hay luz natural, y los inviernos son largos y duros. Aunque, desde entonces hasta ahora, el estilo se ha ido depurando, algunas de sus claves son las que popularizó el diseñador sueco Carlo Larsson.