Un quincho con historia

Por María Soledad Tirado. //

Emplazado en los jardines de un fundo productor de vinos nacionales y de exportación en la zona central, se encuentra este acogedor quincho construido y ambientado con los materiales sobrantes de las antiguas estructuras viñateras.

Junto a la espectacular piscina construida en los años 40, que cuenta con amplias zonas sombreadas por añosos árboles, los dueños de casa construyeron un quincho sencillo pero muy ondero para recibir a las visitas y compartir relajados almuerzos familiares, tanto en el interior como en la terraza.

Hoy, las cubas son enormes estanques de acero inoxidable y cemento, pero antiguamente eran de maderas finas y que junto a la maquinaria de prensado, requerían de continuas reparaciones y mantención. Por esto, en las bodegas fueron quedando almacenadas numerosas herramientas y todo lo resultante de la demolición de aquellos galpones que dieron paso a la modernidad. Los dueños de casa, coleccionistas por naturaleza, decidieron usar todos esos elementos para ambientar el nuevo espacio. El resultado : un lugar muy acogedor para ser usado todo el año, súper entretenido visualmente  y con rincones y objetos llenos de historias

 

Todas las maderas de la construcción, repisas y muebles, fueron recicladas de las antiguas instalaciones. Esta mesa de tablones de roble, al igual que las banquetas, fue hecha por ellos. Los  escaños de la entrada, así como muchos objetos decorativos, estaban en el fundo de la familia de la dueña de casa.

 

 

Este viejo refrigerador se pintó de rojo y se empotró en el muro.
Las lámparas y muchos de los objetos los fueron comprando en diversas ferias.

 

Desde hace muchos años, el dueño de casa se junta a jugar pócker con un grupo de amigos. Ahora, lo hacen aquí, donde el bullicio no molesta a los que están en la casa.

 

 

 

 

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